lunes, 3 de septiembre de 2018

HENRI PITTIER

Epónimo del primer parque nacional de Venezuela
Parque Nacional Henri Pittier

Henri Francois Pittier Dormond nace el 13 de Agosto de 1857, en un campo cercano al pequeño pueblo de Bex, en el cantón Vaud en Suiza. Asiste al colegio a 5 km. de su casa, vecino de los conocidos botánicos los hermanos Thomas, con cuyos hijos estudia. Ya Pittier con sólo 7 años,en compañía de Juan Luís Thomas, leía libros de viajes y aventuras y hacían frecuentes excursiones por los cerros y praderas de los alrededores. A menudo entraba en la variada biblioteca de los Thomas y ojeaba libros de botánica y las exicatas de plantas colectadas. El adolescente Pittier y sus otros compañeros son muy tremendos y belicosos y los estudiantes del pueblo los llaman “Los Montañeses”.
Henri Francois Pittier Dormond

La familia de Pittier se muda y debe separarse de sus amigos lo que determinó que cambiara su voluble carácter, tornándose introvertido y dedicándose a coleccionar a escondidas, piedras, caracoles, insectos y otros objetos de la naturaleza, pero sus colecciones eran criticadas por sus padres y a veces terminaban en la basura, lo que hizo que construyera un refugio en una de las cuevas de las formaciones de yeso friable en las vecinas lomas de Lantaney. Con las plantas recogidas comenzó su herbario y como guía usaba el viejo libro de botánica de Bon Jardiner, que pedía prestado a la biblioteca del colegio. En 1872 su padre llegó a ser inspector de bosques y en sus andanzas solía acompañarse de su hijo Henri, al cual enseñaba aspectos de la naturaleza.

En 1873 inicia sus estudios de secundaria y se traslada a Lausanne. Ya para 1878 se encuentra estudiando en la escuela Politécnica de Zurich, donde su padre quería que estudiara Ingeniería de Bosques, pero Henri prefirió seguir la carrera de Ingeniero Civil. Publica su primer trabajo en la revista “Echo des Alpes” titulado “Notes sur ta Nomenclature des Alpes du Pays d’ Enhaut Vaudois”. Desde entonces prácticamente no dejará de publicar sus trabajos durante toda su vida. Para 1883 publica su primer trabajo sobre flora titulado “Catalogue de la Flore Vaudoise” (en colaboración con Th. Durand). Ese año se gradúa de Ingeniero Civil en la Escuela Politécnica Federal de Zurich y comienza a trabajar en la Oficina Federal Suiza del Mapa.

Al poco tiempo de estar trabajando sufre una grave fractura en la tibia de una pierna que lo priva del ejercicio de su profesión y lo postra por 22 meses. Esta dolencia lo afectó toda su vida, pues debió recibir una fistula que exigía un constante tratamiento. Parece que el mal residía en la propia médula tibial y cada dos o tres días debía introducir a la médula un trozo de algodón con yodoformo.

Aprovecha este tiempo para la lectura y es así como conoce las ideas de Ernesto Haeckel, un profesor de Zoología General de la Universidad de Jena en Alemania, al cual se siente atraído por sus posiciones darwinistas. Este hecho lo estimula en buscar su ingreso a esa institución, lo cual logra y se muda a Jena para continuar estudiando y formar parte de los cursos del célebre y admirado profesor Haeckel, sobre Zoología General, Embriología y una especialización en Celenterádos y otros animales inferiores. También toma cursos de Botánica Superior. En 1885 publica “Contributions a l’histoire Naturelle du Pays d’Enhaut. II Matériaux pour servir a l’etude de la Faune” (en colaboración con M.F. Ward). Obtiene en 1886 su título de Doctor en Filosofía, completando sus estudios de Ciencias Naturales y regresando a Suiza para desempeñar el cargo de Profesor de Ciencias Naturales en un colegio de señoritas, el Chateaux d’Oex. Allí hizo variados estudios, entre ellos del cerebro de los cuervos y sus costumbres, además en colaboración con el Coronel retirado inglés M.F. Work, estableció una red meteorológica en todo el Valle de Lazarine. Continua haciendo publicaciones sobre zoología y botánica y en 1887 publica “Catalogue de la Flore Vaudoise (en colaboración con Th. Durand).

De nuevo en Suiza se desempeña como profesor de Geografía Física en la Academia de Lausanne (hoy Universidad) y viaja por Asia Menor y países africanos de la cuenca del Mar Mediterráneo (Argelia y El Sahara). Continúa su interés en publicar sus resultados de investigaciones en geografía, zoología y botánica. Ese año ocurre la trágica muerte del Ingeniero H. Wettstein, en los glaciares de Jungfrau, quién era la persona seleccionada para ir a Costa Rica como parte de una expedición de técnicos, científicos y educadores que se contrata para apoyar el desarrollo de esa república centroamericana, y para sustituirlo se contrata a Henri Pittier.

Tiene 30 años de edad, cuando llega a Costa Rica, el 27 de noviembre de 1887, acompañado de su primera esposa, Adelina Hefti y sus tres hijos: Matilde, Hans y Rosa. Realiza un Proyecto para la construcción de un edificio para el Observatorio Meteorológico Nacional de Costa Rica y se dedica a organizar el levantamiento de un mapa e incidentalmente enseñar geografía y ciencias naturales en un liceo de Varones y un colegio de señoritas recién creados. Se une con otros compañeros de la misión y se desempeña en la Cátedra de Biología en algunos Institutos de la capital. Entre sus compañeros estaba el zoólogo Cherrie y el botánico Tonduz y él se dedica a la meteorología y realiza un levantamiento geodésico.

Para 1891 inicia una serie de publicaciones bajo el título “Primitiae Florae Costaricensis” publicada en francés con descripción de nuevas especies en latín. Se publica el primer fascículo (Tomo I) impreso en Bruselas patrocinada por Th. Durand. Para este año es Director del Instituto Físico-Geográfico Nacional de Costa Rica, miembro de la Société Royale de Botanique de Bélgique, de la Société Helvétique des Sciences Naturelles, de la Société Vendoise des Sciences Naturelles, de la Société Suisse de Botanique, de la Société de Geographie de Berne, de la Société Météorologique d´ Autriche, de la Société de Geographie de Neuchatel y miembro correspondiente de la Sociedad Científica “Antonio Alzate”. En 1893 publica el segundo fascículo de “Primitiae Florae Costaricensis” y para 1896 publica el tercer fascículo de esa importante obra. En 1898 publica el Tomo II, Fascículo 1 de “Primitiae Florae Costaricensis” en esta oportunidad impreso en San José de Costa Rica. En la contraportada de este fascículo se indica la existencia de los 3 fascículos anteriores editados por H. Pittier y Th. Durand en 1891, 1893 y 1896.

En 1901 y sin su previo consentimiento Pittier es cedido a la compañía “United Fruit Company” una empresa estadounidense de bananos, por lo que se siente manipulado y muy molesto debe trasladarse y permanecer durante dos años en Puerto Limón, en cuyo período sufre de serios y frecuentes quebrantos de salud.

En 1903 publica el Tomo III, fascículo 1 de “Primitiae Florae Costaricensis”, editado en San José de Costa Rica. Para 1904 recibe invitación del Secretario de Agricultura de los Estados Unidos, Sr. Wilson, para incorporarse al personal científico del Departamento Botánico. Pittier acepta la oferta y se va a Washington y de ingeniero, se vuelve botánico adscrito al cuerpo de exploradores. Esta decisión de Pittier obedece a que su salud estaba seriamente quebrantada, desde que se había establecido en las fincas de bananos y además por el hecho de haber finalizado su contrato con el Gobierno de Costa Rica. Permanece en este cargo por unos veinte años, hasta 1920. Durante los primeros años de este periodo visita México y realiza importantes observaciones botánicas, tanto en la costa Atlántica como en la del Pacífico.

En 1907 Publica un nuevo fascículo de “Primitiae Florae Costaricensis” impreso en la Tipografía Nacional de San José. Lamentablemente esta es la última publicación de esta importante serie, quedando su obra incompleta. En 1908 estando en Washington publica su “Ensayo sobre las Plantas Usuales de Costa Rica” (Una 2da Edición de esta obra, revisada por el profesor Manuel Quirós Calvo, aparece en 1957 publicada por la Universidad de Costa Rica). Viaja a Colombia explorando el Valle del Cauca, la Costa del Pacífico y las altas regiones de Huila y pasa varios meses en Guatemala estudiando las luchas del “Kelep” con el gorgojo del Algodón. En 1909 inicia una nueva serie de publicaciones en la revista “Contributions of the United State National Herbarium” con el título de “New or Noteworthy Plants from Colombia and Central América”. Esta serie la finaliza en 1918. Regresa a Colombia y visita la Sierra Nevada de Santa Marta, donde vivió como huésped de un jefe indio y ya para 1910 inicia la exploración botánica en Panamá, residenciándose en “Culebra”, pueblo cercano a las obras que se hacían para la construcción del Canal, el cual recorre varias veces y colecta plantas e insectos.

El 15 de Enero de 1913 Henri Pittier viene por primera vez a Venezuela, invitado por el gobierno del General Juan Vicente Gómez para conocer su opinión, representando al Gobierno de los Estados Unidos, sobre un proyecto para crear una Escuela de Agronomía en la hacienda La Trinidad en Maracay. El 19 de Enero de 1913 colecta su primera planta en Venezuela (Nº 5.754), Gnaphalium elegans HBK una Compositae cerca de Dos Caminos en el estado Miranda. Luego hace varias colecciones botánicas en los estados Aragua, Lara y Yaracuy, cuyas muestras pasa al herbario Nacional de Washington. El 25 de enero de 1913 se encuentra en la Hacienda La Trinidad, estudiando el proyecto de la posible Escuela de Agricultura, colecta plantas en los alrededores (Cerro El Calvario, Río El Limón y en Mariara). Pittier informa a Alfredo Jahn, que a su juicio, los terrenos de la hacienda La Trinidad no reúnen las condiciones requeridas, entre ellas la falta de agua para riego, para crear una Escuela de Agricultura y así lo da a conocer en un valiente informe que pasó al Ejecutivo Nacional, recomendando que primero deberían establecerse estaciones experimentales para tener experiencias de investigación para enseñar.

Se dedica a colectar plantas en los alrededores de Caracas, conociendo muchos lugares como Cotiza, Coticita y el bosque de Catuche y luego colecta también en los alrededores de La Guaira, del 24 al 25 de mayo, en compañía de Alfredo Jahn, sube al Pico Naiguatá (2.765 m snm) y hace colecciones de plantas en las localidades de Dos Caminos, Juan Gómez y el propio Pico Naiguatá. Luego colecta plantas en diversos lugares del Estado Miranda como Papapo, San José de Río Chico, El Jabillal, Río Grande de Papuro y visita plantaciones de cacao. Por vía marítima sale de Río Chico hasta Puerto Cabello, donde continúa colectando hasta llegar a Barquisimeto, a su regreso a Puerto Cabello conoce Borburata, regresando a Caracas en compañía del señor Knoop, Director del Gran Ferrocarril de Venezuela, donde colecta plantas en Los Palos Grandes (Carretera a Antímano), Las Mercedes (cerca de Dos Caminos), en Zig-Zag y Cabo Blanco. El 11 de julio de 1913 regresa a Estados Unidos. Con el viajan centenares de muestras botánicas que deposita en el Herbario Nacional de Washington y en el herbario del Botanical Garden de New York, incluyendo muchas exicatas recuperadas de lo que había sido el Museo Nacional colectadas por el Dr. José María Vargas y Adolf Ernest.

Durante el año 1914 se documenta en las bibliotecas y herbarios de los Estados Unidos, sobre las plantas que figuraban como procedentes de Venezuela que suman 1.534 especies. También se dedica a estudiar las muestras colectadas el año anterior en Venezuela, con la ayuda de especialistas de los Estados Unidos y Europa a través de una abundante correspondencia. En 1916 publica “Preliminary Revision of Genus Inga y en 1917 “The Middle American species of Lonchocarpus”.

El 1º de Marzo de 1917 Pittier visita por segunda vez a Venezuela para asesorar de nuevo al gobierno nacional, pero esta vez para la fundación de una Estación Experimental en Coticita, al pie del Ávila, que contaba con riego del río Anauco. El Proyecto comenzó bien, pero al no seguir las instrucciones como él indicaba, la estación fracasó unos meses después. Sus colecciones botánicas comienzan con el Nº 7.006 y en compañía del Dr. Alfredo Jahn, colecta plantas en los alrededores de Caracas

En 1917 sigue publicando el producto de sus estudios y aparece la “Clave Analítica de las Familias de Plantas Fanerógamas de Venezuela y partes adyacentes de la América tropical” y también notas sobre “El Algodón y su cultivo” y a finales de este año y tras el fracaso de fundar la estación de Coticita, regresa a Washington. El duro invierno en Estados Unidos le afecta el sistema respiratorio de tal manera que decide volver a Venezuela donde, ya con 60 años de edad, decide residenciarse y a través de su amigo Lisandro Alvarado consigue una entrevista con el Ministro de Relaciones Exteriores para lograr el apoyo gubernamental y encargarse como Director de una “Oficina Técnica” que funcionará desde 1920 en la parte posterior de la “Casa Amarilla” en Caracas con el nombre de "Museo Comercial”. Aquí inicia Pittier lo que llamó el “Herbario Nacional”. La oficina era una dependencia de la recién creada Dirección de Política Comercial del Ministerio de Relaciones Exteriores, a través de la cual el nuevo Ministro Esteban Gil Borges, buscaba dar un nuevo giro a la política comercial de Venezuela, fundando esta institución que se encargaría de comercializar en el exterior productos del país. Pittier señala al respecto “Apenas habíamos iniciado el trabajo cuando cambiaron al Ministro y al nuevo titular se le ocurrió llamar al naciente instituto “Museo Comercial”, pero en realidad nunca fue ni museo, ni comercial y desde un principio se siguió mi idea de que era para el estudio de la flora en el sentido sistemático, teniendo siempre presente las posibilidades prácticas de conocer las especies maderables". Dentro de la figura del museo comercial se encarga de las exicatas y otras muestras botánicas colectadas por el mismo en sus tantos viajes por todo el país. Siempre cuidaba de enviar duplicados a otros herbarios importantes de Estados Unidos y Europa. Este herbario manejado por el mismo se comenzará a llamar “Herbario Nacional” como institución y se le nombra Director. En este Herbario se exhibirían productos obtenidos de la flora venezolana como fibras textiles, tintes y diferentes maderas.

Busto de Henri Pittier en la Estación Biológica
de Rancho Grande

En 1918 publica su “Informe del director de la Estación Experimental de Agricultura y Silvicultura de Caracas” y “El Tártago y su cultivo”. Este año llegó al país la devastadora “Gripe Española” para la cual se usaba el aceite de tártago ya que se creía que tenía efectos para controlar esta temible epidemia. Este año pasa también algunos días en Ocumare del Tuy, donde comienza a estudiar la flora de la zona. En diciembre y en compañía de su amigo Alfredo Jahn y del ornitólogo G.K. Cherrie, ascienden a la “Silla de Caracas” en la cima de la Cordillera de la Costa.

En 1919 viaja a Puerto Cabello en donde se embarca con destino a los Estados Unidos, de donde regresa en octubre. En el último trimestre del año hace viajes de colecta botánica por Valencia, Tucacas y San Felipe. En Urama, cerca de las selvas de Guarenales, se dedica obligado por sus necesidades económicas al cultivo del maíz, pero este intento de ser agricultor fracasa por perder la cosecha por falta de trasporte.

Para 1920 su situación económica es bastante precaria. Publica varios artículos, entre ellos “La Evolución de las Ciencias Naturales y las Exploraciones Botánicas en Venezuela” en la revista Cultura Venezolana y en esta misma revista escribe sobre “el Cacao y su Explotación”. En el Journal of the Washington Academy of Science aparece “The Venezuelan Mahogany, a hitherto undescribed species of the genus Swetenia. Otras publicaciones de este año son “Un esbozo de las formaciones vegetales de Venezuela, con una breve reseña de los productos naturales y agrícolas, incluyendo mapas”, “¿Existe la Tagua o marfíl vegetal en Venezuela?” en el Boletín de Comercio e Industria”.

Desde hace muchos años Pittier mantiene una constante comunicación con funcionarios gubernamentales y botánicos de muchas partes del mundo donde les hace conocer su interés en fundar un herbario nacional que finalmente crea este año de 1920. Señala que se siente solo en estas luchas porque no logra convencer a los funcionarios gubernamentales sobre lo necesario que es conseguir apoyo para una institución científica como esta, pero no tiene aprobación dentro de un medio gubernamental hostil y poco ganado para apoyar iniciativas de este tipo.

Para noviembre de 1920 Henri Pittier está arruinado y lleno de deudas, pierde su cargo en el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, para el que había trabajado por más de 20 años. En 1921 dedicó varias visitas de coleccionamiento a la Colonia Tovar y sus alrededores, siempre acompañado de su amigo, el Dr. Alfredo Jahn. En 1921 publica “Árboles y Árbustos nuevos de Venezuela”, “Acerca del género Gyranthera, Pittier”, “La caoba venezolana” y “Las Vicisitudes del nombre genérico Vargasia”, todas en el Boletín de Comercio e Industria.

En febrero de 1922 hace una expedición a la cuenca del Lago de Maracaibo, estudiando y colectando la flora de varias regiones, especialmente en los alrededores de Mene Grande y el curso de los ríos Santa Ana y Lora y en las sabanas entre La Ceiba y Valera. En septiembre explora los alrededores de Tucacas, la Hacienda “Iboa”, cerca de San Pablo, Barquisimeto, Duaca y los Valles de Aroa. También recorre los Valles de Guarenas y hace un primer viaje a los llanos de Guárico hasta San Juan de Los Morros y El Sombrero. Realiza otras excursiones a los cerros y playas entre Catia La Mar y Río Chico. Este año conoce y comienza su amistad con J. Saer D’hequert, quién publicará luego notas sobre Pittier (en 1942).

Otras publicaciones de 1922 son “Acerca del Algodón” en el Boletín de la Cámara de Comercio (Caracas), “Acerca de nuestras maderas” en la Revista Cultura Venezolana (Caracas). Y para 1923 aparece “Exploraciones botánicas y otras en la cuenta de Maracaibo” en el Boletín de Comercio e Industria (Caracas) que también publica por separado en la Revista Cultura Venezolana.

En 1923 publica el “Informe sobre una enfermedad de los cafetos, señalada en Lara y Yaracuy” en la Gaceta Oficial Nº 15-101, “Conservación de los bosques” en el Boletín de la Cámara de Comercio (Caracas), “La quema de las sabanas de cría y potreros para la extinción del gusano de monte: con la quema no se extingue el gusano” en el Boletín de la Cámara de Comercio de Caracas.

En 1924 conoce por primera vez los bosques nublados de Rancho Grande y llega hasta Ocumare de la Costa. Más tarde hace un viaje de colección a Puerto Cruz, a El Sombrero y publica “Les richesses forestiéres du Vénezuéla et leur exploitation” en Revve industr. du bois et de l’ameublement (París), “Acerca de tipos y nomenclatura de productos naturales de Venezuela” en el Boletín de Comercio e Industria, “Apuntes sobre Cacao: las tres especies fundamentales de las cuales proceden todas las cultivadas” en La Hacienda, “New or little known Melastomaceae from Venezuela and Panamá en el Journal of the Washington Academy of Science y “Apuntes sobre identificación de productos naturales y organización de museos en la América Tropical” en el Boletín de. Comercio e Industria.

Durante todos estos años Pittier no ha dejado de sufrir fuertes dolores en su pierna como consecuencia de su trauma de la tibia en 1883, que lo ha obligado desde entonces a llevar una fistula que tenía que curar constantemente e introducir un trozo de algodón con yodoformo en la médula tibial, lo cual es un tratamiento doloroso. Este problema determina que se muestre como antipático, de carácter muy variable y muchas veces pase como un hombre de muy poco sentido del humor. En 1925 hace otro de los tantos viajes de colección que le gustan tanto, saliendo de Caracas a Maracay, Valencia, San Carlos, Acarigua, Sarare, Barquisimeto y San Felipe. Ese año publica “L’origine hybride des Cacaoyers cultivés” en la Revista Bot. App. et d’Agr. Colon 5, también hace su aparición “Flora Venezolana: plantas medicinales” en la Memoria del 4º Congreso Venezolano de Medicina (Caracas). En noviembre recorre la costa al este de La Guaira, llegando hasta Caruao y el 24 de diciembre colecciona en la vía de Valencia, Tinaquillo, Tinaco, San Carlos, Acarigua, Ospino y Guanare.

En 1926 visita los bosques del Bajo Yaracuy. Viaja hasta Choroní y se embarca hasta Chuao, donde colecta plantas y hace observaciones sobre el cultivo del cacao criollo. Este año traduce y publica el “Manual de Agricultura Tropical” de Nicholls en su 3º edición en español. Este Manual es literatura obligada para los que tienen interés por la agricultura.

A finales del año 1926 aparece publicado su “Manual de las Plantas Usuales de Venezuela” (Caracas) considerada una de las mejores obras de Pittier. Este libro marca la historia de la ciencia en Venezuela por ser para todo público y por ello es quizás su trabajo más conocido. También aparecen “Arboles y Arbustos nuevos de Venezuela” en el Boletín Científico y Técnico del Museo Comercial (Caracas), “On Gyranthera and Bombacopsis, with a key to the American genera of Bombacaceae en el Journal of the Washington Academy of Science, “Venezuelan species of Valeriana sect. Porteria. Pittier & Killip, también en el Journal of the Washington Academy of Science. En septiembre realiza varios viajes para colectas en los estados estados Aragua, Carabobo y Yaracuy. También publica otra de sus obras principales la “Clave Analítica de las Familias de Plantas Superiores de la América Tropical” (Caracas). En octubre de nuevo hace un viaje de colecta a El Sombrero.

En 1927 Pittier tiene 70 años de edad y sigue colectando plantas y publicando sus estudios. Del 7 al 11 de abril de nuevo viaja a los llanos del estado Guárico, específicamente a la región de La Rubiera y para septiembre hace su cuarto viaje a El Sombrero, estudiando con mayor detalle la flora de las sabanas. Publica “El estudio de los Productos Forestales en Venezuela” en el Boletín del Museo Comercial (Caracas), “Six new Convulvulaceae of Venezuela en el Journal of the Washington Academy of Science, “Árboles y arbustos nuevos de Venezuela, en el Boletín del Ministerio de Relaciones Exteriores y “Algunos trabajos recientes sobre la geología de los Andes de Venezuela” en la revista Cultura Venezolana.

El 7 de enero de 1928 hace su primer viaje a Los Andes, vía San Carlos, Acarigua, Barquisimeto, Carora, Valera y Timotes, visitando y colectando importantes muestras en Tovar, San Rafael de Mucuchíes, Timotes y Valera. Publica “Studies of Venezuelan Bignoniaceae Ceratophytum, a new genus of vines”, “Some errors and mistakes in taxonomic Botany” ambos en el Journal of the Washington Academy of Science, “Árboles y arbustos del Orden de las Leguminosas, parte II: Cesalpiniaceas en el Boletín del Ministerio de Relaciones Exteriores, y “Arboles y Árbustos del orden de las leguminosas, parte III: Papilionáceas en el Boletín del Ministerio de Relaciones Exteriores. En noviembre visita Camurí Grande cerca de Naiguatá y en diciembre se encuentra en la Hacienda “Paloma”, en la serranía del Valle del río Tuy, al este de Las Tejerías.

Llega el año 1929 y aunque no deja de sufrir frecuentes dolores en su pierna, tampoco abandona sus deseos de seguir colectando plantas y hace su segundo viaje a Los Andes de Mérida, visitando en el trayecto los alrededores del pueblo de Iboa (Yaracuy), El Tocuyo, Humocaro Bajo, Escuque, Trujillo y San Rafael de Mucuchíes. Este año aparecen sus publicaciones “Sobre la Cría del Gusano de Seda en Venezuela” en el Boletín de la Cámara Comercial (Caracas), “Botanical notes on and descriptions of new and old plants of Venezuela. II. Old and new species of Euphorbiaceae en el Journal of the Washington Academy of Science y “El Yaraguá, su valor como pasto y su cultivo” en el Boletín del Ministerio de Relaciones Exteriores. Pittier decía que era muy importante publicar en las revistas venezolanas para apoyarlas en su divulgación.

En 1930 publica sus “Notas acerca del cultivo del café” en el Boletín del Ministerio de Relaciones Exteriores, “Botanical Notes on, and descriptions of new and old Venezuelan Plants, parte III: Old and new species of Euphorbiaceaea en el Journal of the Washington Academy of Science, “Acerca de la Posibilidad de cultivar el lino en Venezuela” en el Boletín del Ministerio de Relaciones Exteriores y sus “Contribuciones para la flora de Venezuela: 1: Geraniales (Geraniaceae, Tropaeolaceae, Oxalidaceae, Linaceae, Erythoxylaceae, Humiriaceae, Eygophaceae, Rutaceae y Simarubaceae) en el mismo boletín.

El 27 de febrero de 1931 se realiza la primera sesión de la recién creada Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales, cuya idea original fue del propio Pittier y se crea también su Boletín de la Sociedad donde publica en su primer número “El estado actual de nuestros conocimientos acerca de la flora de Venezuela”. Además publica “Botanical notes on, and descriptions of new and old species of Venezuelan Plants. Parte IV: Berberis in Venezuela, new species of Oxalis, Exogonium, and others” en el Journal of the Washington Academy of Science y “Contribuciones para la flora de Venezuela. parte I: Geraniales (Burseraceae, Meliaceae, Malpighiaceae) en el Boletín del Ministerio de Relaciones Exteriores.

En 1932 aparecen sus publicaciones “El Cacaotero: Apuntes históricos y botánicos” en el Boletín de la Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales y “Clasificación natural de las plantas, con especial mención de las familias más importantes de la flora de Venezuela y de las especies de interés económico”. Sale a la luz el primer trabajo publicado sobre los mamíferos de Venezuela, con la coautoría de G.H. Tate en el Boletín de la Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales titulado “Lista Provisional de los Mamíferos observados en el país” y a su vez, en el mismo Boletín “Contribuciones al estudio de la Climatología de Venezuela. Parte 1: Cuarenta años de observaciones pluviométricas en el Observatorio Cajigal.

Pittier no era muy bien visto por funcionarios del gobierno, especialmente por su fuerte carácter y su manera muy particular de imponer sus ideas, pero el General Gómez lo admiraba y respetaba, sin embargo en 1933 las diferencias con algunos funcionarios influyentes del gobierno llegan a ser muy tensas y es destituido y despedido del cargo de Director del Herbario Nacional, lo que él mismo calificó como un “Golpe de Estado”, por ser una inmerecida y no justificada acción política y no laboral.

Llega 1934 y publica “El problema del cacao en Venezuela” en el Boletín de la Cámara de Comercio de Caracas”. Continúa realizando lecturas y enviando los trabajos de recopilación para ser publicados, bien en revistas nacionales, lo que consideraba una preferencia o en su órgano de prensa preferido en Estados Unidos el Journal of the Washington Academy of Science. En 1935 publica “Acerca del género Aveledoa y “Apuntaciones sobre la geobotánica de Venezuela” ambos en el Boletín de la Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales.y su “Contribución al Estudio de la Climatología de Venezuela, Parte II: Observaciones Pluviométricas practicadas en cincuenta estaciones entre 1891 y 1933” también en el mismo Boletín. El 17 de diciembre de 1935 fallece en su casa en Maracay, el Presidente de Venezuela, General Juan Vicente Gómez.

Estimuladas por los, cada vez mayores, ingresos del petróleo, la muerte del General Gómez y la toma del poder por Eleazar López Contreras, cambiaron rápidamente las políticas del nuevo gobierno apoyando más las actividades técnicas y científicas de Venezuela. Una de las acciones emprendidas fue la creación de una nueva dependencia llamada “Servicio Botánico de Venezuela”, adscrito al recién fundado Ministerio de Agricultura y Cría, donde Pittier ahora es nombrado como botánico, asesor y puesto al frente del mismo como su Director, asumiendo como su primera tarea el rescate del Herbario Nacional que se encontraba en el Ministerio de Relaciones Exteriores, donde prácticamente tenía ya tres años de abandono y necesitaba con urgencia trasladarlo a un nuevo local y así lo hizo conocer ante las autoridades correspondientes. El herbario había sufrido daños, pero las pérdidas no eran consideradas significativas. Por ello, Pittier es llamado de nuevo para que se encargase del Herbario Nacional, ahora como dependencia del Servicio Botánico. Primero solicitó al Ministro de Agricultura el traslado del herbario a los locales de la Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales, de la cual era Presidente y donde sin ocasionar gastos al gobierno pudiera resguardarse ya que sus gestiones anteriores ante el gobierno gomecista encontraron "siempre una obstinada negativa", pero ahora el nuevo gobierno de López Contreras propicia un proceso de modernización acelerada que creó nuevas condiciones para el surgimiento de actividades científicas y técnicas. Ahora como Director y botánico principal del Servicio podía contar como asistentes de botánicos eminentes como Tobías Lasser, Víctor Badillo Francieri, Ludwig Schnee y Zoraida Luces de Febres. También presiona al nuevo gobierno para que entiendan la necesidad de preservar áreas boscosas como las de Rancho Grande, al norte de Maracay, para garantizar las fuentes de agua potable, ya que su solicitud al respecto, ante funcionarios del General Gómez, siempre había tenido una respuesta negativa o indiferente por ser propiedades de la familia Gómez y ahora han sido confiscadas y pasadas a bienes nacionales.

El inconcluso edificio de Rancho Grande obra diseñada
para un lujoso hotel, fue utilizada como laboratorios de
investigación desde 1946. Abandonada a la muerte de Gómez en 1935
de inmediato Pittier recomienda su uso como una estación biológica

En 1936 publica “Consideraciones acerca de la destrucción de los Bosques e Incendios de las sabanas”, “Acerca de la Cobea penduliflora Karst.”, “Los Musgos de Venezuela”, “Notas Dendrológicas de Venezuela” todos en el Boletín de la Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales. 

El 13 de Febrero de 1937, el General Eleazar López Contreras, decreta la creación del Parque Nacional Rancho Grande, propiciado, razonado y promovido por Pittier. Este es el primer parque nacional de Venezuela, figura que ya venía funcionando en otros países del mundo. Pittier se siente complacido con tal decreto y así lo manifiesta, ya que representa la aceptación razonada expresada desde hace varios años ante el gobierno de Gómez. Continúan apareciendo sus publicaciones, entre ellas una nueva edición de la “Clave Analítica de las Familias de Plantas Superiores de la América Tropical”.  El 20 de abril de 1937 escribe una comunicación al Ministro de Agricultura y Cría, bajo el Título “Acerca de la época apropiada para el corte de maderas”, notas que fueron más tarde publicadas en la Revista “El Agricultor Venezolano”.

El 13 de agosto de 1937 Pittier cumple 80 años de edad, lo que no le impide seguir publicando los resultados de sus recopilaciones e investigaciones sobre agricultura, botánica, zoología, geografía y climatología, pero lo limita en sus acostumbrados viajes de coleccionamiento. Aparece su “Lista Provisional de las Gramíneas señaladas en Venezuela hasta 1936, con notas acerca de su valor nutritivo” en un Boletín Técnico del Ministerio de Agricultura y Cría, sus “Notas Dendrológicas de Venezuela”, la “Clasificación de los bosques” y “Ensayo sobre la Clasificación de las Especies venezolanas del género Ficus”, todas en el Boletín de la. Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales. En 1938 continúa publicando sus “Notas Dendrológicas de Venezuela” que ya alcanzan tres partes y “Dos plantas nuevas para la flora de Venezuela” en el Boletín de la. Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales. En 1939 continúa publicando sus “Notas Dendrológicas de Venezuela” ahora la parte cuatro en el mismo Boletín de la. Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales y con el fin de actualizar su obra aparece publicado el “Suplemento a las Plantas Usuales de Venezuela” impreso por la Editorial Elite de Caracas. También aparece la parte cinco de sus “Notas Dendrológicas de Venezuela” en el Boletín de la Sociedad. Sale a la luz una nueva edición de su “Clave Analítica de las Familias de Plantas Superiores de la América Tropical” y la “Clave Analítica de los Géneros de Plantas hasta hoy conocidos de Venezuela” continuando con su esfuerzo por dar a conocer sus conocimientos de botánica, en 1940 aparece “Plantas Venezolanas supuestas nuevas” y en 1941 la parte seis de sus “Notas Dendrológicas de Venezuela”.

Para 1942 publica “La Mesa de Guanipa; Ensayo de Fitogeografía”, obra considerada por varios científicos como el primer ensayo sobre las llanuras venezolanas. Este año de 1942 la Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales rinde un merecido homenaje a Pittier, su Presidente, por sus 85 años de edad y sus 25 años en Venezuela. En dicho acto el Presidente de la República, General Isaías Medina Angarita, impone a Pittier la Medalla de Instrucción Pública en reconocimiento a su labor. El Ministerio de Agricultura y Cría anuncia la creación de la “Beca Henri Pittier”, para estudiantes que deseen estudiar Ciencias Naturales en el extranjero. En el acto hubo emotivas palabras del Dr. Francisco Tamayo y del propio Pittier; agradeciendo el homenaje que le hacía la Sociedad y aprovecha para solicitarle al gobierno que se construya cuanto antes una sede definitiva para el Instituto de Botánica y sugiere la construcción de un modesto edificio en El Pinar, al lado de la Avenida Carabobo. Sus palabras en esta ocasión fueron “Sería para mi íntima satisfacción ver cumplido este voto mío antes de entrar en el eterno descanso”.

De 1943 a 1946, cansado y muy quebrantado de salud, aprovecha el tiempo leyendo y escribiendo para continuar sus incansables estudios y publicaciones sobre nuestra flora y otros temas de su interés. En 1945 publica como coautor, junto con sus discípulos del Servicio Botánico, Tobías Lasser, Ludwig Schnee, Zoraida Luces de Febres y Víctor Badillo Francieri, el primer tomo del “Catálogo de la Flora Venezolana”, labor de 27 años de incansables esfuerzos. Esta obra forma parte de las publicaciones, la Nº 20, del Comité Organizador de la Tercera Conferencia Interamericana de Agricultura de Caracas. En 1946, muy deteriorada su salud, ya no puede salir de colecta a lugares distantes pero se conforma con cortas salidas hacia las montañas del Parque Nacional Rancho Grande que posteriormente, sin el saberlo llevarían su nombre. Con frecuencia camina en los alrededores de Rancho Grande, colecta muestras botánicas y visita a William Beebe y otros investigadores de la Sociedad Zoológica de Nueva York que ocupan unos laboratorios en el edificio de Rancho Grande, intercambiando impresiones sobre la diversidad biológica de estos bosques. En 1947 publica de nuevo como coautor junto con sus mismos discípulos, el segundo tomo del “Catálogo de la Flora Venezolana”, que forma parte de las publicaciones, la Nº 62, del Comité Organizador de la Tercera Conferencia Interamericana de Agricultura de Caracas.

El ornitólogo Alexander Wetmore con Henri Pittier. 
En Ocumare de la Costa, estado Aragua 

En 1947 el gran sabio Pittier cumple 90 años e intenta, hasta lo posible, seguir trabajando y luchando por defender la naturaleza venezolana, aun cuando su salud está cada día más deteriorada y agravada por su edad. El 29 de abril de 1949 estando en la Estación Biológica de Rancho Grande, recibe la noticia de que el despacho del Ministerio de Agricultura y Cría, del cual dependía el Servicio Botánico, decide jubilarlo a la edad de 92 años. Su sueldo era para ese momento de 930,00 bolívares mensuales y se le asignó, por su meritoria trayectoria, una pensión millonaria de 3.000,00 bolívares mensuales; esta jubilación se dio a conocer en Gaceta Oficial. Ocupaba el cargo de Jefe de la División de Investigación Forestal. En noviembre de este mismo año estando en Las Trincheras, en el estado Carabobo, sufre una caída inesperada y recibir un fuerte trauma en su adolorida pierna, que desde su juventud se había lesionado. Es trasladado a Maracay e ingresado en la Clínica Maracay, donde es atendido por el Dr. Hugo Derizans N. y de allí trasladado a la ciudad de Caracas, donde continúa bajo vigilancia médica.

El 27 de Enero de 1950, a la edad de 93 años, Henri Pittier fallece en su casa de habitación en Caracas, en donde era asistido por su esposa Charlote de Pittier. Sus restos fueron sepultados en el Cementerio General del Sur de Caracas.

1 comentario:

Unknown dijo...

Dios tenga en su Santa Gloria al Gran Maestro y Profesor Henri Pittier y que brille para el la Luz perpetua

Gracias